Las pequeñas y medianas empresas forman casi el 99% del tejido empresarial de nuestro país. Esto supone un alto índice de competitividad que pone en peligro la supervivencia de muchas de estas compañías. Para mantenerse por encima de la competencia, cada vez más empresas han puesto en marcha un proceso de digitalización con el que buscan incrementar la productividad de sus trabajadores, al tiempo que ahorran costes y recursos.

El cuadro de mando es una herramienta que se integra en un software de gestión empresarial, ERP, y que sirve para obtener una visión global del negocio y el nivel de cumplimiento de los objetivos marcados. Todo ello gracias a una serie de indicadores que muestran el estado de cada uno de los departamentos de la organización.

Aquellos gerentes que gestionan su empresa a ciegas acaban derrochando dinero y tiempo en tareas que pueden ser automatizadas y analizadas con el cuadro de mando. En este sentido, esta herramienta permite no solo sacar el máximo provecho a los datos de tu compañía y tomar mejores decisiones, sino también mejorar la comunicación empresarial.

 

Tipos de indicadores en un cuadro de mando

Los indicadores de un cuadro de mando te muestran el estado global de tu negocio. Por ello, estos KPIs van muy ligados a las diferentes áreas de una compañía. Los más destacados son:

KPIs financieros: todos los directivos necesitan tener información sobre el estado financiero de su empresa. En esta sección se incluyen indicadores como la rentabilidad, el beneficio, la solvencia o el ROI.

KPIs de control de clientes: hoy en día, los clientes son cada vez más exigentes y demandan servicios más personalizados. Por ello, contar con un cuadro de mando que nos indique aspectos como los intereses de los clientes, sus actitudes de compra, la cantidad de devoluciones o el número de quejas resulta imprescindible para poder conseguir una mayor rentabilidad.

KPIs de procesos internos: estos indicadores miden aspectos generales del negocio para saber si vamos por el buen camino: productividad, calidad, innovación, etc. Además, también se centran en aquellos procesos que permiten entregar un producto o un servicio: ciclo de vida, cartera de productos o riesgo de operaciones.

KPIs de recursos humanos: el departamento de RR.HH. tiene cada vez más peso dentro de las pymes españolas. Por ello, resulta clave contar con indicadores que nos muestren la actitud y comportamiento de nuestros trabajadores: ratio rotacional, ausencias, diferencias salariales, etc.

 

 

Beneficios de los cuadros de mando empresariales

Ya hemos dicho que los cuadros de mando permiten al gerente de una empresa tomar decisiones basadas en información real, evitando llevar las riendas del negocio a ciegas. Esta herramienta, cada vez más buscada por las organizaciones actuales, conlleva una serie de beneficios:

  1. Visión completa de tu negocio

El cuadro de mando ofrece una perspectiva integral de lo que pasa en tu empresa. Esto permitirá tanto a los altos cargos como a los trabajadores poder crear una estrategia basada en información real y mejor enfocada desde el principio, lo que reducirá enormemente los riesgos. Además, podrás hacer un seguimiento de la evolución de tu negocio.

  1. Define objetivos

La implantación de un cuadro de mando te obliga a centrarte en aquellos objetivos que tu empresa desea alcanzar. Para una óptima gestión, estos objetivos deben ser precisos y no muy numerosos. De esta manera, será mucho más sencillo elegir aquellos indicadores clave.

  1. Resolver problemas a tiempo

Los KPIs muestran todos los aspectos de tu negocio: tanto aquellos que van bien como aquellos que van mal. Los segundos son los que más nos interesan, ya que si no los resolvemos a tiempo pueden tener consecuencias negativas en nuestra empresa. Gracias a los cuadros de mando, la identificación de estos es rápida y visual, y puede servir como una manera de prever.

  1. Mejora la comunicación interna

Los informes o conclusiones se pueden extraer de manera que los gerentes pueden compartir esta información con el resto de los empleados. Esto facilita enormemente el trabajo diario de los distintos departamentos de una empresa, así como que fomenta un ambiente de trabajo en equipo y colaboración.

  1. Cultura empresarial

Los miembros de la organización se sientes partícipes en todo momento de la toma de decisiones, lo que crea una cultura empresarial imprescindible para el correcto funcionamiento de una organización. Por un lado, si existen aspectos que mejorar, se pueden identificar a tiempo. Por otro lado, si los indicadores muestran buenos resultados, los trabajadores se sienten satisfechos.

 

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