Si estás leyendo este artículo es, seguramente, porque has decidido dar el paso hacia la transformación digital de tu empresa y, por tanto, has decidido implantar un sistema de gestión ERP. El siguiente paso, por tanto, es decidir qué solución escoger y si queremos trabajar on-premise o en Cloud.
Así pues, el ERP que escojas deberá permitirte obtener una base de datos centralizada en un mismo lugar, cumplir con las normativas legislativas, aumentar las ventas y, por su puesto, permitir que te adaptes a las necesidades de tus empleados.
Sage 200, por ejemplo, es una solución integral y modular, de forma que puedes personalizar su estructura y los módulos que la compondrán. Es decir, se adapta a las necesidades de tu empresa mejorando así su productividad, ahorrando costes y facilitando la gestión de todos los procesos de la organización.
Sin embargo, te preguntaras ¿escojo la versión on-premise o la versión en la nube?
Entorno On-Premise y Cloud
Cuando hablamos del entorno on-premise nos referimos a una instalación local en las instalaciones de la empresa de forma que se tiene un control sobre el servidor y sobre todo el ERP. Sin embargo, se deberá realizar un mantenimiento de las infraestructuras y ser la propia organización la que gestione la solución.
Por su parte, el entorno cloud es aquel en el que el ERP no se aloja en un servidor local, sino que su acceso es desde Internet. Los datos se almacenan en servidores remotos por lo que se puede acceder a ellos desde cualquier lugar y en cualquier momento. Así, proporciona una mayor movilidad al negocio.
Sage 200 On-Premise vs. Sage 200 cloud
1. Costes de implantación y mantenimiento
La implantación de un ERP on-premise requiere una mayor inversión. Esto es debido a que además del pago por la adquisición del software, se debe invertir en un hardware y un equipo de profesionales de TI que se encargue de su gestión y mantenimiento. Sin embargo, aunque pueda no parecer rentable, si se trata de un caso a largo plazo si que podría resultar más efectivo.
Por su parte, un ERP en la nube únicamente requiere una inversión en cuanto a migración de datos y costes de programación para ajustar el software. En este caso no se debe invertir en infraestructuras por lo que el ahorro de costes es evidente. Asimismo, la nube da la posibilidad de pagar mediante suscripción de forma que solo se pagan aquellos servicios que se van a utilizar.
2. Tiempo de implantación
En el caso de un ERP local, el proceso de implantación suele ser más lento debido a que también se deben configurar las infraestructuras y el espacio donde se va a alojar la solución. Sin embargo, es un proceso que ofrece una mayor personalización y un mayor control sobre la implantación del ERP.
En cuanto a la versión cloud, la solución se aloja en servidores externos. Por tanto, no es necesario contar con infraestructuras de IT extras y el proceso será más rápido. En general, mientras la implantación de un ERP en la nube suele implicar entre 3 y 6 meses, la versión on-premise requiere 12.
3. Versatilidad y accesibilidad
Un punto positivo de la versión de Sage 200 on-premise es que se puede acceder a la información incluso si no hay internet y, por tanto, se obtiene un mayor control sobre el sistema.
No obstante, la versión cloud permite acceder desde cualquier lugar, en cualquier momento y desde cualquier dispositivo, siempre y cuando haya conexión a Internet. Esto garantiza una movilidad total.
4. Seguridad
En un entorno on-premise los datos se encuentran en la empresa por lo que la misma, a través de su equipo de TI o externos, será la responsable de la seguridad. Esto, según los recursos de los que se disponga y del backup contratado, puede resultar siendo positivo o negativo.
Por su parte, en un entorno cloud el proveedor es quién se hace responsable de la seguridad de la solución. Estos suelen ser expertos y suelen contar con medidas de seguridad estrictas. Sin embargo, es importante escoger bien el proveedor con el que vamos a trabajar y tener en cuenta las garantías que ofrece.
5. Actualizaciones
En el ámbito de las actualizaciones, si implantamos un ERP on-premise será el equipo de TI el responsable de realizar las actualizaciones de la solución. Además, se corre el riesgo de que se deba volver a instalar todas las configuraciones previas a la actualización, lo que puede llegar a resultar muy costoso.
Sin embargo, en la versión cloud es el proveedor quién avisa de las actualizaciones y quién las lleva a cabo. En definitiva, gestiona todas las actualizaciones de forma periódica y automática.
En conclusión, a rasgos generales puede parecer que un entorno en la nube es la mejor opción para cualquier empresa. No obstante, no debemos olvidar que cada empresa tiene sus necesidades individuales y por tanto se deben buscar soluciones acordes a ellas. Por tanto, si todavía necesitas más información o te has decido a implantar la solución ERP que tu negocio necesita, ¡podemos ayudarte!
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